Te tengo tan cerca que puedo rozar tu pelo con mis pestañas.

Pero en este momento prefiero agarrarte del pelo y estrellarte la cabeza contra el pavimento.

Te tengo tan cerca que podría besarte hasta sacarte el aliento.

Pero en este momento me gustaría mucho morderte los brazos y sacarte capa de piel por capa de piel.

Te tengo tan cerca que te puedo abrazar con sólo estirar mis brazos dos milimetros.

Pero en este momento te golpearía el estómago hasta que escupas sangre y medio pulmón.

Porque te quiero muy en el fondo... Del patio enterrado.